Karakorum Highway

Una ruta que me he hecho muchas vesces en los últimos 4 años, debido a mi trabajo con una ONG en el extremo nor-oriental de Baltistán, actualmente controlado por Pakistán. Región donde se dice estaba ubicada la mítica ciudad de Shangri-la.

Lo cierto es que el destino siempre es el mismo: desde Islamabad hasta el valle de Hushe, el último valle abierto al extrangero, más allá, solo militares y oriundos pueden adentrarse, ya que a escasos kilómetros se encuentra la línea de control entre India y Pakistán.

Foto tomada desde Machulo, sede de la ONG en el valle de Hushe. De fondo se puede ver una montaña nevada, bajo ella, está la última base militar Pakistaní, tras la cual se extiende la línea de control con India.

Por el contrario, las rutas pueden ser varias, aunque hay ciertos momentos en las que se cruzan y unifican en torno a la KKH (Karakorum Highway), hito del empeño humano por establecer sus caminos por zonas en las que la naturaleza, por algún insondable motivo,  ha preferido mantener aisladas.

Lo cierto es que yo estoy del lado de la naturaleza, la cicatriz que le han hecho a esta imponente cordillera del Karakorum sirve principalmente para transportar camiones llenos de productos chinos que, a través del Khunjerab pass, el paso fronterizo más alto del mundo (casi 4700m. de altura), entran en territorio Pakistaní para ser distribuidos a todo el mundo a través del inmenso puerto comercial de la ciudad de Karachi. Por supuesto, hay también mucha circulación de vehículos privados que se desplazan desde las gélias tierras del norte al templado y más próspero centro y sur de Pakistán (mucha emigración interna estacional). Para rematar, hay unos autobuses de pasajeros que les llaman Daewoo express que van como autenticos kamikaces.

Como os podeis imaginar, los accidentes no se limitan a la manera de conducir, sino en muchos casos a lo escarpado del terreno, provocando avalanchas, desprendimientos y riadas. Por muchas veces que recorras estas rutas, nunca dejarán de sorprenderte: desvíos para superar un desprendimiento que ha bloqueado la carretera, súbitas paradas para cruzar de un lado a otro por un fragil puente colgante y continuar del otro lado con un nuevo vehículo…que si un valle ahora es «zona caliente» talibán o tribal y hay que pasar escoltado… y un largo etc.

En la época de lluvias, un regato de no más de 1 metro de cauce, se puede convertir súbitamente en unos vertiginosos rápidos que pueden arrastrar todo a su paso. En esta foto, probamos suerte a cruzar, pese a ver grandes rocas que el río había desplazado. Al ver el primer jeep del convoy cruzar, me entró un sudor frío que no cesó al ver que cruzaban…ya que sabía que ahora nos tocaba a nosotros. El agua entró en nuestro jeep, mojando todas las mochilas y la ropa que llevábamos puesta.

Recuerdo que me contaba Shamshair, el coordinador de la ONG, que cuando era niño, no se había construido aún la carretera que enlaza Skardu (capital de Baltistan) con la KKH, por lo que solo se podía hacer el trayecto en mula. Se tardaba alrededor de una semana y se hacía en caravanas, tal cual se ha debido de hacer durante siglos y siglos, ya que por aquí pasa la ruta de la seda.

Al norte de Narán, existen varios pasos de montaña solo aptos para todoterrenos, y que se abren escasos meses al año. Éstos comunican principalmente a Narán con Chilas…un pueblo algo duro, con gente de mentalidad algo integrista. Aquí, nos cruzamos con una caravana de mulas, que nos miraban sorprendidas, como preguntándose «cómo carajo se atreven a hacer esta ruta en ese viejo cacharro». Lo cierto es que ibamos en misión humanitaria, en plenas lluvias monzónicas de 2010, que darían paso a las peores inundaciones de Pakistan de los últimos 100 años.

Las Rutas

Desde Islamabad hasta Mansehra, no hay más que una opción: la KKH. Pasaréis por Abbotabad, pequeña ciudad sede de uno de los más importantes asentamientos militares de Pakistán…más conocido últimamente por ser el lugar donde los SEALS del ejército americano dieron caza al enemigo público número uno: Bin Laden. Cuando me enteré de la noticia, estaba a menos de 24 horas de tomar un avión desde Taipei hasta Islamabad para una de las visitas a terreno rutinarias. Por un segundo me paré a pensar si sería buena idea ir, pero animado por la propia gente de la ONG local, no me lo cuestiiné más… eso si, estuve muchas semanas asombrado ante el hecho de que había pasado muy cerca de este tipejo un montón de veces. De hecho, Abbotabad, por ser una ciudad relativamente  moderna, hogar de mucha clase media acomodada, solía ser parada obligada para desayunar. En fin, anécdotas para contarle a mis nietos.

Seguimos ruta. Mansehra es el pueblo donde se puede seguir por la KKH en dirección nornoroeste hasta encontrarte con el río Indo… o desviarse hacia el nordeste por una carretera nacional construida en tiempos del dictador Musharraf, llevándote hasta Naran y Khagan, dos destinos de turisno local.

Por la Karakorum

La primera vez que hice este recorrido fue por la KKH. Recuerdo que el primer día iba tan alucinado con el paisaje que no me di cuenta del riesgo. Imaginaros: escarpadas laderas que terminan en un virulento cañón por el que transcurre el río Indo, rugiendo como un autentico tigre acorralado. Esa noche, hablando sobre la experiencia con mis compañeros de ruta, que también era la primera vez que lo hacían, me preguntaban «pero no tuviste miedo?», la verdad es que no había tenido ni tiempo a pensar en eso. El día siguiente de ruta, sí que lo tuve… creo que más que nada porque, una vez advertido, empecé a prestar más atención en la manera en que el conductor conducía, a los desfiladeros que se abrían a escasos centímetros de las ruedas y cosas así.

Paradita algo macabra, para inspeccionar la zona en la que se había despeñado un bus unos días antes.

Por el Babusar Pass

Esta es la ruta que te llevará por Naran y Khagan. Hasta este último pueblo, la carretera está bien. Pese a que sufrió muchos desperfectos durante las inundaciones de 2010, la han reparado y en términos generales está como antes. Esta ruta a mi me gusta más que la KKH, ya que te ofrece paisajes más diversos. Más bosque y menos roca desnuda, más diversidad de colores, en vez de esa especie de desierto vertical en la que se convierte la ruta de la KKH. Y, sea como fuere, solo te aleja de la KKH por un largo tramo, luego, a la altura de Chilas, se retorna a ella. De ese modo no te pierdes ninguno de los dos paisajes, solo reduces unas 10 horas de más y más paisaje montañoso árido y grisáceo y lo sustituyes por bosques, cascadas, rocas rojizas y pueblos con más vidilla.

Un par de vistas cerca de Khagan. La verdad es que no tengo buenas fotos de este lugar, las vistas en vivo son mucho más impresionantes de lo que parecen aquí.

Una vez pasado Khagan, la carretera asfaltada para de golpe, y continúa en forma de pista de terracería. Al parecer, el dictador Musharaf fue destituído antes de que pudiese terminar esta construcción, y el nuevo gobierno democrático no le dió especial importancia a terminar lo empezado. Así, de golpe y porrazo pasas de una carretera decente a una pista más del estilo de lo que te  encontrarás por todo el extremo norte del país.

Carreteras en peor estado y curvas vertiginosas cuesta abajo en unos jeep del año de la pera.

Otro aliciente de ir por esta ruta es el mítico paso del Babusar… una carretera serpenteante que te lleva hasta los casi 4500m de altura…por la que te cuelas de nuevo a la KKH, unos pocos km al norte de Chilas.

La pequeña pista que zigzagueando te lleva hasta la cima del Babusar

La reunificación: De Chilas a Skardu

Una vez pasas Chilas, se puede decir que oficialmente estás entrando en el quinto pino. A escasos km. pasas por delante del Nanga Parbat, que literalmente significa montaña asesina. La novena montaña más alta del mundo, pero una de las más peligrosas. También pasas por el punto exacto donde las 3 mayores cadenas montañosas del planeta por altura (Himalaya, Karakorum e Hindukush) confluyen.

Si siguieras recto por la KKH, llegarías a Gilgit y a la frontera con China… pero esa no es la ruta que yo suelo tomar. Debido a mi trabajo, casi siempre me desvío hacia el este, hasta Skardu y más allá. Literalmente una de las zonas más remotas que te puedes imaginar.

Cruzandome un camión y un bus escolar de camino a Skardu
Exaltación religiosa Chiita en Skardu

Entrando al valle de Shigar, acceso natural al glaciar del Baltoro y al K2

Hasta donde se puede llegar

Como os comentaba al principio de esta entrada, el valle de Hushé es algo así como la última frontera. Tras él, está el valle el Saltoro y varios valles más, pero todos están cerrados al extranjero, incluso a los pakistaníes que no viven en la zona. La ruta desde Skardu hasta Khapulu (cabeza de distrito) nos llevará primero a lo largo del río Indo, muy cerca de sus orígenes, cuando aún es un bebé, y luego a través del Shyok. Una vez en Khapulu, a pocos km encontramos un puente colgante a la izquierda de la carretera, y un cartel de frente de prohíbe el paso a toda persona no autorizada. Vamos, que o cruzas el puente hacia el valle de Hushé, o te das media vuelta.

El puente hacia el valle de Hushé, única vía de comunicación entre el valle y el mundo exterior.

Las montañas de la ladera nordeste del valle en primavera

A medida que avanzas por el valle, se va angostando más y más, y te permite ver con más claridad el imponente Masherbrum. Uno de los casi ocho miles que rodean la zona.

Albaricoqueros al borde del camino en Machulo

La mezquita principal de Machulo vista desde atrás, y las vistas desde las que se puede ver ya India

Vista general de Machulo al atardecer. Este pueblo es el más grande del valle y donde trabajo principalmente cuando ando por este lejano y fascinante lugar.

Recordad que aunque son excasamente 700km desde Islamabad hasta Skardu, haciéndolo sin parar son unas 27 a 30 horas de conducción, por lo que es casi inevitable que hagais noche en algún sitio. Yo lo he hecho un parde veces del tirón, porque no me quedaba más remedio, y la verdad es que es un verdadero coñazo. Las opciones para hacer noche suelen ser o bien Chilas, o bien Khagan-Naran. Si todo va bien, no hay derrumbes o el tráfico está cortado por cualquier otra cosa, la segunda noche dormireis ya en Skardu. De ahí, son excasamente 4 horas más hasta el valle de Hushé.

Desde luego, si es por placer, mi recomendación es que en vez de en 2 días, lo hagais en 3 o 4. Si vais en primavera, no deberíais de perderos un día o dos por el Deosai, el altiplano más alto del mundo, que se convierte en un manto floral durante un par de semanas al año. Merece la pena, aunque a mí aún no me ha coincidido visitarlo. Quizás para la próxima…

 

 

 

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